Cumpleaños sobre
la hierba. Maneras de medir el tiempo. Semanas para marcar el ritmo del
trabajo. Años académicos. Años fiscales. Años solares. Calendarios religiosos.
Ciclos planetarios. Cien días de preparación al solsticio.
Ramón: Recuerdo
como si fuera ayer la belleza que había en el simbólico acto que hacía C.A. La
Electricidad de Caracas al seleccionar a algún pequeñín de nuestras escuelas
para subir hasta la cruz y hacer el encendido
cada 1° de diciembre.
Llego a casa a
las 8 de la noche. Estoy cansada, pero todavía me quedan correcciones que
calcular y publicar. Los estudiantes de Lengua y Cultura Japonesa están
enviando mensajes crípticos a propósito de nuevos capítulos de un animé que
desconozco. Los sapitos y sus conciertos nocturnos. Cuánto me gustan. Escribir
este diario cada día por 43 días, y que el diario sea la novela. En su diario
“La insubordinación de los márgenes” (años 1988-1989) Victoria de Stefano
describe el progreso de su novela “Cabo de vida”. En su diario “Tratados I-La
tentación de escribir” (2008) Rafael Castillo Zapata reflexiona, con notables
ejemplos, sobre la escritura del diario y la posibilidad de usarlo como materia
literaria; o más bien, de cómo el escribir un diario puede ser una torpe manera
de escapar al fatigoso trabajo de escribir una novela: escribir un diario para
posponer la verdadera escritura. Hoy no escribiré mucho, ya son las once y sólo
quiero acostarme. El sueño como una de las múltiples puertas por las que se
entra, o se sale. La escritura: otra puerta.
Victoria de Stefano:
El umbral, volviendo a Bajtín, está marcado por el impulso. De pie en el
presente damos un paso adelante para entrar o salir de nuestro destino. No hay
que olvidar que en los ritos de fundación e iniciación las puertas marcan el
límite entre lo profano y lo sagrado.
Denisse: Entrada
y salida son antónimos y sinónimos también. Pasan a la vez y en el mismo ahora.
Son de esos extremos que se tocan y son lo simultáneas… hay que atravesar el
puente conciliando los opuestos y cuando salimos vamos soltando lo que no
queremos llevar a la entrada nueva para hacer el viaje más liviano.
Euro: Esta
carta me conmueve tanto... Es la imagen que me acompañó cuando salí por primera
vez de mi país. Salir del terruño, salir de una historia, salir de una
narrativa personal. Y luego entrar. Y salir. Y entrar. ¿Cuántas veces creemos
que salimos y entramos?
Tal vez ese paso
hacia el espíritu sea lo esencial. Porque hacemos ese tránsito hacia el
espíritu repetidas veces. No se trata de ir hacia allá una vez y para siempre,
sino de volver a cruzar ese umbral, de regreso, muchas veces, todas las
que hagan falta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario