domingo, 6 de noviembre de 2022

2. La Puerta

 


Cumpleaños sobre la hierba. Maneras de medir el tiempo. Semanas para marcar el ritmo del trabajo. Años académicos. Años fiscales. Años solares. Calendarios religiosos. Ciclos planetarios. Cien días de preparación al solsticio. 

Ramón: Recuerdo como si fuera ayer la belleza que había en el simbólico acto que hacía C.A. La Electricidad de Caracas al seleccionar a algún pequeñín de nuestras escuelas para subir hasta la cruz y hacer el encendido cada 1° de diciembre.

Llego a casa a las 8 de la noche. Estoy cansada, pero todavía me quedan correcciones que calcular y publicar. Los estudiantes de Lengua y Cultura Japonesa están enviando mensajes crípticos a propósito de nuevos capítulos de un animé que desconozco. Los sapitos y sus conciertos nocturnos. Cuánto me gustan. Escribir este diario cada día por 43 días, y que el diario sea la novela. En su diario “La insubordinación de los márgenes” (años 1988-1989) Victoria de Stefano describe el progreso de su novela “Cabo de vida”. En su diario “Tratados I-La tentación de escribir” (2008) Rafael Castillo Zapata reflexiona, con notables ejemplos, sobre la escritura del diario y la posibilidad de usarlo como materia literaria; o más bien, de cómo el escribir un diario puede ser una torpe manera de escapar al fatigoso trabajo de escribir una novela: escribir un diario para posponer la verdadera escritura. Hoy no escribiré mucho, ya son las once y sólo quiero acostarme. El sueño como una de las múltiples puertas por las que se entra, o se sale. La escritura: otra puerta.

Victoria de Stefano: El umbral, volviendo a Bajtín, está marcado por el impulso. De pie en el presente damos un paso adelante para entrar o salir de nuestro destino. No hay que olvidar que en los ritos de fundación e iniciación las puertas marcan el límite entre lo profano y lo sagrado.

Denisse: Entrada y salida son antónimos y sinónimos también. Pasan a la vez y en el mismo ahora. Son de esos extremos que se tocan y son lo simultáneas… hay que atravesar el puente conciliando los opuestos y cuando salimos vamos soltando lo que no queremos llevar a la entrada nueva para hacer el viaje más liviano.

Euro: Esta carta me conmueve tanto... Es la imagen que me acompañó cuando salí por primera vez de mi país. Salir del terruño, salir de una historia, salir de una narrativa personal. Y luego entrar. Y salir. Y entrar. ¿Cuántas veces creemos que salimos y entramos?

Tal vez ese paso hacia el espíritu sea lo esencial. Porque hacemos ese tránsito hacia el espíritu repetidas veces. No se trata de ir hacia allá una vez y para siempre, sino de volver a cruzar ese umbral, de regreso, muchas veces, todas las que hagan falta.

 

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