-11 días hasta el solsticio
Se juntan este
sábado las interacciones sociales que no he tenido en este pasado trimestre. Por
la mañana, partida de Mah Jong en el garito vecino, con hallacas. Dos victorias.
Luego partido del mundial en el auditorio del Colegio Francia, para ver a Ana y
Simón. Paso por la estancia para acompañar a mi hermana que está de expositora
en una feria ciclista. Brindis con pan de jamón y reencuentro con Marinés, que
dejé estudiante de medicina y ahora es jefa de facultad, divorciada, con dos
hijas. Cumpleaños de Antonio, donde encuentro concentradas a numerosas
amistades que no había visto en mucho tiempo, entre las cuales una es miembro de la cofradía de las Vuelteras. Antonio nos lleva de gira por
su jardín, que atraviesa y rodea la casa en solución de continuidad. Él pertenece
tanto a la Estirpe de Jardineras como a la Estirpe de Cocineras, su mole de
pollo y su ensalada chanclís estaban soberbios. Yo, que soy una huraña por
naturaleza, estoy entusiasmada con estos encuentros, con la llama del afecto,
la admiración por los logros de cada una (se ven más evidentes cuando al vernos
tras una larga lejanía hacemos recuentos), y el compartir caminos. Me falta
entrenamiento, pero qué agradable poder compartir con personas tan especiales.
Dili: Me
identifico. ¡Qué carta! Así me siento. Hoy estoy PLENA EN ENTUSIASMO.
En realidad, el
pájaro de fuego no es necesariamente el ave fénix, aunque es costumbre que se
los confunda. El pájaro de fuego es el primer objetivo del príncipe Iván, protagonista
de un cuento ruso en el cual es salvado por un lobo gris aliado una y otra vez,
cada vez que se equivoca. Es un cuento que me gusta porque anuncia un triunfo
final, a pesar de todos los fiascos a lo largo del camino.
Blanca errará en
su búsqueda de una entrenadora para poder saltar al fin del mundo. En verdad, desconozco
su motivación para esta empresa suicida. ¿Es ambición de triunfo, delirio de
salvadora—ambición aún más desmesurada—o la ilusión de poder rescatar a su
madre de la muerte? Tal vez las tres, una historia inversa de Kore y Deméter,
en la cual es la niña quien trata de arrancar a su madre de las fauces del
inframundo. Orfeo tampoco logra recuperar a Eurídice, pero se presume que en
esta atrevida aventura algo será aprendido. Orfeo no aprende nada y por eso
termina despedazado por sus propias ménades. Esperamos que Blanca obtenga la
calavera de los ojos encendidos.
La escritura del
naufragio de la poderosa es también un regreso al mundo de las sombras,
buscando rescatar fantasmas o coronarse reina de las granadas, y un naufragio inevitable
en sí mismo. Pero quizás un naufragio exitoso, como el del Endurance.
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