Para ir a la carta
Hoy, siendo lunes, buen día para hacer un resumen.
En #losultimos20dias, concentrarnos para llevar a cabo la labor entre retortas, en el laboratorio espiritual: queda poquito tiempo y hay que aprovecharlo bien. Lo más importante es cuidar tu ejercicio, para mantener el alma en rumbo. Tu ejercicio es tu brújula y tu escóbula voladora. Que no decaiga la disciplina amorosa, y que se mantenga clara como el agua de manantial la intención, ave maravillosa.
Por aquí todo el mundo está haciendo diligentemente su ejercicio espiritual, con mucha concentración. Me encanta. Preveo hermosísimos frutos, y tarta de peras.
El propósito del ejercicio espiritual es comprender cuál es el verdadero propósito de tu ejercicio personal, y eso sólo lo desvela la constancia con humildad y perseverancia.
Si puedes elegir un capitán, que sea Shackleton.
No te distraigas.
Una vez resuelto el tema del ejercicio espiritual, viene siendo hora de saber de qué hablamos cuando hablamos del fin del mundo a varios niveles. Identifica el tuyo personal, la Ola Sincrónica ha estado engordándose por años, y ahora está lista para ser bailada. Aprovéchala lo mejor que puedas. Llevo 84 días explicándote cómo hacerlo: con ritmo y sabrosura, con suavidad y flexibilidad, con empatía por el ritmo que lleva la ola. Hay que saber sentirla, para bailarla con gracia. Olvida tus expectativas de orilla, la ola te llevará al mejor lugar al que puedas llegar, si la sabes montar bien. Confía, respira y báilala.
Dado todo lo anterior, hablemos del tiempo, que define nuestra percepción de la realidad, y hablemos de ella: bailan juntos un tango maravilloso. Decide: uno y lo otro.
Un estudio reciente (New Scientist) indica una conexión directa entre las tormentas solares y la biología humana. |
No te pierdas. Estoy aquí al laditico tuyo.
Hoy lo vamos a hacer suavecito, como si estuvieses conmigo en el bunker y yo te lo contara con dibujitos, últimamente me la paso hablando en imágenes, pequeña desviación profesional de ejercicio espiritual, supongo. De todas maneras, no tengo ningunas ganas de moverme del sofá. Si acaso puedo sentarme a la máquina de hilar, sobre todo porque el fin del mundo se ha detenido milagrosamente por el día de hoy, apenas chirrían unas sierras metálicas, algún dragón del apocalipsis pero con desgano (el Gordo no vino hoy, detectamos el poco entusiasmo típico de lunes entre el personal de la Construcción, ¿será que se detuvo el fin del mundo?). Me quedaría aquí sin atender a ninguna de las necesidades urgentes e inmediatas, como por ejemplo el aprovisionamiento de víveres para el bunker, preveo que hará falta prepararse. Pagar el agua, por aquello de pagar la luz. Ir al médico a ver qué será ahora que éramos pocos. Tengo el conuco enredado, me temo. Nadie se asuste, todo va bien. Sin embargo, está la misa a las 6 después de la cita de las 5, lo veo bastante justo, por no decir difícil. Lo urgente se lleva por los cachos lo importante. Lo imposible nos toma un poquito más de tiempo. Sobre todo con la cualidad del tiempo últimamente, que es como de melcocha: el alfondoque de la niñez.
Muy adecuado a esta luz.
La luz, sin embargo, es hermosísima, aquella luz decembrina de siempre, quizás más amarilla (o cobriza??).
Aquí estoy pegada de la máquina de hilar, aunque tengo la impresión de que la labor no avanza demasiado. Es una faena a ciegas, hasta cierto punto. El tejido avanza como una marea, pero no sabes cómo se ve, es como si lo lanzaras por una ventana, suerte de Rapunzel.
El tiempo se está moviendo de maneras extrañas, ¿no te parece? Ahora sí es verdad que se volvió de chicle. Melcocha de ese dulce criollo, hecho de médula de huesos con aromas de anís y clavo y consistencia de espuma de nube, solidificada por ebullición helada: alfondoque.
Y un silencio súbito, incomprensible, además de la quietud del fin del mundo ni siquiera se oye ruido de motores. Pareciera realmente que hubiésemos llegado al día en que soy la última persona en el mundo, sola sola sobre el corazón de la tierra y pasan dos cosas simultáneamente: de súbito es de noche, y alguien toca a la puerta.
Estoy empezando a asustarme.
Hablaré pues del Rey Verde, pero para hablar de él primero tenemos que hablar del héroe.
Lo que es importante es que sepas que cuando hablamos principalmente del azul, estamos contando una historia que va a engranar con el cuento de la doncella, como una cajita de música.
Y nunca, nunca olvidar que estamos hablando, entre otras cosas, de las dos mitades de la psique: la femenina, y la masculina.
Unisex.
A
la hora de la brisa de la tarde
más
vale una culebra en mano…
sobre
un cachito de luna creciente inmaculada
de
ultramarino lapislázuli vestida
celeste
en órbita cerúlea índigo añil azul azul
profundo
azul a su lado azul lejos cantando
tengo
una muñeca vestida de mar
sangre
rizo del rey de Prusia
ferrocianuro
férrico sánscrito angelical
flor
Centaurea cyanus clavelina
pájaro
rapsodia de la felicidad azur
como
las ofrendas de los tilonorrincos
en
sus gazebos amorosos príncipes
…que
cien pájaros volando:
hágase
en mí solícito amor
al
árbol debemos según
tu
voluntad.
(de: La Máquina de Hilar)
El Lector ha ido encontrando su forma poética en el laboratorio. Del mismo modo que la poesía ha ido creando a su Lector.
Cuerpea tu animal:
Los chamanes creían que estaban emparentados con los animales miles de años antes de que Charles Darwin expusiera su teoría de la evolución. Pueden hablar con su Espíritu animal y pueden metamorfosearse en la forma de ese animal.
Para bailar a tu animal, muévete libremente, tanteando al principio las sensaciones de cualquier animal hasta que uno se empiece a hacer notar con su presencia más que los demás. Cuando esto ocurre, centra tu energía en convertirte en ese animal.
Cuando hayas terminado de bailar tu animal, dale la binevenida su Espíritu y expresa tu gratitud porque su fuerza ha vuelto a tu cuerpo.
No existe ninguna razón para permanecer sin un Espíritu animal, porque incluso cuando les toca mudarse, generalmente te presentarán a tu próximo espíritu animal, cuya fuerza necesitaras en la próxima etapa de tu vida.
Nota al margen y al pie:
La confabulación del Residente Ilustrado consiste en haber llegado hasta el bunker exclusivamente para llevarme de la mano a ilustrarme también. Todo lo indica: de entrada, está su propia ilustración y luego la procedencia desértica (profética). El hermano que se trajo metido en una maleta. Además, sabe lo que es el néctar mágico del desierto, lo sabe a ciencia cierta y al mojar los labios ya sabe que viene del centro mismo de la tierra, donde la cabeza ha sido enterrada debajo de brasas, en la montaña sembrada de cristales, para hacerse dulce, y luego macerarse en pipas, cumpliendo cada uno de los pasos alquímicos, Atalanta fugiens, aprendiendo a doblegar la prisa tras tres manzanas finamente hiladas en oro.
Fin de mundo.
Son maravillosas las imágenes que transmiten tus letras (ya te lo he dicho) aprecio la calidez e intimidad de este post...ciertamente me sentí en el Bunker, como si me lo contaras bajito y cerquita...dos abrazos
ResponderEliminar