lunes, 10 de septiembre de 2012

10. Órbitas sincrónicas

Para orbitar con las 96cartas


Era la etapa de preparación a la ola y todo el mundo andaba como en trance, como si deseara que las vacaciones se extendieran para siempre, como si estuviesen dispuestos a reclamar al calendario un uso ilimitado del verano. Hubo quien dejó pareja, casa, trabajo y pertenencias, sin voltear a transformarse en estatua de sal. Así llegó la bruja de México, con su círculo humano por delante, porque había visto las señales.

Orbitábamos hacia el mismo lugar. Nos abducía una luz intensa, un portal vórtex, embudo a la madriguera del conejo, un nódulo sincrónico. Lo que está en suspensión debe precipitar. A la cuenta de tres nos volvimos a encontrar como si nos hubiésemos puesto de acuerdo acerca de la mejor tabla sobre la cual surfear el próximo tsunami.
Nos mirábamos a los ojos y sabíamos y hacíamos alianzas velozmente.

Todo el mundo estaba en medio de grandes cambios. La familia Rubí de la Espinela Noble estaba a punto de recibir al primero de su generación, aunque sería muy largo de explicar cómo esto viene al caso ahora.
Hubo fiestas, festivales, nacimientos y bodas. Del Orgasmatronik Yoga Art Festival, con la Familia Arco Iris al completo, al llamado del Corazón de la Tierra con don Rogelio Carrillo y la Abuela Pilar Verges. Fue una era de fervor. Las manzanas caían al cielo y lo llamaban transurfing.
Yo temblaba al mirar la aguja sísmica.



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