sábado, 4 de noviembre de 2017
MEGELAS TORNASOLADAS
Una es roja con azul; la otra es azul con rojo. Cada una lleva un trozo de la otra.
Juntas, danzan esta operación: una alimenta al Cíclope con flores. La otra hila sus sombras.
Como un pequeño mecanismo en movimiento, entre las dos hilan la sombra de la Salvaje.
Quienes estamos alrededor, en silencio, sostenemos la sombra.
Nos entregamos al silencio sumergidas en necesidades, expectativas, exigencias del cuerpo, insistencia erráticas del pensamiento. Venimos de las complejidades del mundo, de la espera, de los retrasos, de los imprevistos, de los deseos personales. El amasijo de lo que somos se hace más evidente en la penumbra: la búsqueda secreta es despojarnos de todo eso como quien se quita un vestido sucio para vestir colores puros, o dejar que la nada nos inunde.
En la delicada operación de hilar la sombra de la flor se da la oportunidad al milagro.
Meditar es salir del sí mismo y llegar a otro lugar, a otro sí mismo que no está constreñido dentro de las limitaciones de lo que conocemos.
Si tenemos suerte, el mismo silencio nos atravesará a todas enhebrando por el medio de cada una ese hilo que marca la silueta floral, una sobre otra, hasta tener la madeja floral con la cual tejer una nueva realidad.
Si trabajamos bien, el silencio nos hará desaparecer por un luminoso momento.
Gracias a Verónica Faría y a Oriana Orozco que hilaron la sombra de la flor.
Gracias a quienes sostuvieron la sombra.
Gracias a Ana María Ramírez por las fotos.
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Mirar despacio
ResponderEliminarestos tiempos que corren
hilar sus hebras
para resguardar la memoria
para poder contar
lo que vivimos
¿qué camisa nos ajusta
cuando necesitamos luz?
Hila la sombra
apunta la lámpara
La madeja es grande
el telar amplio
Hila
Teje
Cuenta
Sal
y cierra el círculo
entonces soy dos, entonces somos dos la que soy y la que me habita, antes luchaban una con la otra, pensando que una era la buena y la otra la mala, no es así, somos una, soy una
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