"Los amantes no se encuentran finalmente en algún lugar;
están dentro el uno del otro, todo el tiempo."
Mañana cambiamos de traje.
Este ciclo Hilar la Sombra de la Flor ha sido tan coherente, tan consistente, que terminamos con esta carta, tucutún, tucutún (oye el latido doble, el compás, el ritmo, la clave) en la cual vibra el recuerdo de Malinche por la Lengua, concretando ese trabajo arduo y largo, largo, de trasegar lo azul en lo rojo y viceversa.Razón de corazón.
El pulso, dicen los chinos, no es uno sino dos y hasta tres.
Conozco una pareja que al fusionarse se encontró, construyó un camino (no siempre son fáciles y suaves los caminos), un camino honesto. Sus corazones latían al unísono, eso era evidente. Cuando dos corazones laten juntos, los demás pueden percibirlo. Un hombre murió en el lugar en que los conocí. A veces la gente se junta para hacer cosas sin saber que esas razones los convocaron. Los tránsitos difíciles necesitan de energía adicional: así como el viaje a Mongolia.
Por algo nos encontramos en este grupo para ir a Mongolia.
Por algo aparece alguien que se une al grupo ahora mismo.
Ir a Mongolia es una operación muy delicada, No parece, hay quien diría que es cosa de comprar un boleto y ya, pero no es así. Ir a Mongolia es un asunto de la máxima delicadeza.
Hay quien incluso diría que Mongolia es una metáfora, imagínate.
Ser participe de los milagros es siempre una maravillosa experiencia.
Lo importante es participar plenamente, creer.
Hacer el trabajo personal.
La intención sostenida por la disciplina.
Hora de repasar la secuencia completa de este ciclo y prepararnos para el que viene: Agua al Puente.
El tiempo fluye de forma natural, coherente, hacia adonde tiene que moverse siguiendo el camino de menor resistencia, formando según se mueven las mareas, la ola sincrónica.
Con suerte, si contamos con las caminantes adecuadas, nos llevará hasta Mongolia.
Algo pasó, todo se está sincronizando nuevamente, ¿lo sientes? es un pulso compartido.
Dice Enrique Enríquez que "lo que separa a la poesía de la vida es la página."
Tener paciencia y ver hasta el final (como si mirar fuera una meditación):
otra versión:
"Alí y Nino," de la escultura georgiana Tamara Kvesitadze.
Se encuentra en Batum, Georgia, cerca de Rusia.
Todos los días a las 7pm se unen y se alejan en un ritual que dura 10 min.
Miden 8 metros de alto de puro acero.
Gracias, Pedro!
Gracias, Pedro!
se vuelve morado, en el pequeño instante en que se unen, a veces soy azul, a vece soy roja...
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