miércoles, 1 de noviembre de 2017

10.Manzano


Un arbolito con delicadas flores frágiles, bellisimas, que prometen fruto.
Hay que tratarlo con cuidado, confiar en los pétalos que nevarán, en que los pistilos hagan su trabajo y las abejas el suyo sobre los estambres. Dentro de la flor se gestará, poco a poco, la manzana, y en ella las semillas. Confía.

La creatividad cambia de forma. En determinado momento tiene una forma y al siguiente tiene otra. Es como un espíritu deslumbrador que se nos aparece a todos, pero que no se puede describir, pues nadie se pone de acuerdo acerca de lo que ha visto en medio de aquel brillante resplandor.
Clarissa Pinkola

Ya hace cinco años hablamos del manzano florido, de lo creativo, dulce y jugoso (y también frágil y tímido) que es el impulso creativo femenino (ojo, esto es unisex).
Aquí está la promesa: la promesa de la floración, la promesa del fruto si hacemos el trabajo. Nuestra creatividad hace florecer nuestras semillas, nuestro potencial. El viaje de la semilla no es fácil al principio, pero una vez que echa hojitas ya posee otros recursos para sobrevivir.

Hoy se cumplen 5 años de la primera edición de #50dibujos50dias 

Lo celebramos empezando nuevamente a dibujar, un dibujo al día, durante 50 días.
Cada dibujo responde a la pregunta: ¿Cómo me siento hoy?
(No hace falta saber dibujar, se trata de dibujo free style; no publicamos los dibujos porque se trata de un ejercicio íntimo).
Oigo los recuerdos de otras veces, de otros dibujos, de cuadernos pasados que son diarios ilustrados.
Me conmueve. Mis cuadernos también me hablan de tránsito y viajes. Vamos.



Este año propongo combinar las dos rutinas: seguir la Vuelta y dibujar por 50 días, para que ambos ejercicios se refuercen mutuamente. Dibujar por 50 días es un proceso que afina el foco a través de la introspección: es una meditación activa. Seguir la Vuelta sirve a la sincronización, y eso concentra la energía. Combinando ambos ejercicios se potencian los dos.
Porque necesitamos volver al foco, a montarnos en la ola.

Se trata de volver a montarse en la ola, esa que al llevarnos nos deja en orillas insospechadas, pero certeras. Cuando nos arrastra su corriente sabemos que vamos por buen curso, aunque el vértigo produzca ebriedad. La ola es rápida, rápido subimos a veces por pura coincidencia, porque estamos en su paso, y rápido nos bajamos si no logramos mantener su ritmo exigente. El reto es bailarla con gracia mientras estamos subidas en ella; pero el otro reto es respirar con calma y remar, remar, remar, lo saben bien los surfistas, mientras llega el próximo set. Remar no es esperar ociosamente, les recuerdo. Remar tiene varias formas, y todas son preparación para subir a la ola y bailar nuestra personal danza. 

Ser con lo que tenemos.
No importa el cuaderno primoroso ni los lápices especiales.
Haz tu primer dibujo. Muy florido. Muy manzano. Muy impulso creativo. Muy sensual. Comienza con los ojos cerrados y déjate caer.







3 comentarios:

  1. nada mas certero que eso, confianza, mientras confío hago mi trabajo

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  2. Maravilloso ! No había leído esto y justo el remar remar se mostró ante mi .. en mi 2 día... pues bien .., seguiré remando ... cuando toque!

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  3. Saben lo que es una tapara?
    Pues eso soy yo a la hora del dibujo.
    Prometo sincronizarme
    bailando o montando la ola, lo prometo.
    Pero ahora que recuerdo, si cierro mis ojos y visualizo el manzano (u otra fruta) es como si la dibujara, cierto?
    Se ha abierto la tapara!!!

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