sábado, 25 de noviembre de 2017

8.Melusina



Al octavo día dijo la estudiosa Laurence Harf-Lancner (1984), vía Wikipedia, a propósito de Melusinas:

"Las hadas melusianas el deseo de salir de su mundo feérico y unirse a su amante/marido en el mundo terrenal. Este tipo de hadas contribuyen al matrimonio de múltiples formas, en especial formando una familia. Otra característica común a todas es la imposición un pacto, pacto que su compañero no suele cumplir por lo que se arruina o bien la unión o bien el continuar viviendo en el mundo terrenal"

Lo que a mí me interesa en particular, no es tanto la versión del caballero y lo que gana y pierde, porque la mayoría de los cuentos nos cuentan es esa parte: la historia humana, con sus traiciones y decepciones. Es humano engolosinarse con el tesoro y fallar a la palabra dada, es humana la curiosidad y el lamentarse por el tesoro perdido. En esta historia, lo que traigo a la carta es la historia de ella: lo interesante de que tenga una parte humana, pero también una parte animal, que la informa de aquéllo que necesita saber, y que su parte humana difícilmente podría intuir.
Esta carta habla de rescatar la cola de serpiente que nos corresponde por derecho propio, por herencia atávica, y hablar con ella, dialogar y entendernos.


DIÁLOGO DE ASPIRANTES A MELUSINAS

--Niñas, vamos a considerar esta carta en la secuencia propuesta por el ciclo Agua al Puente:  ¿cómo traiciona nuestro ánimus a su contraparte ánima?
--Necesitamos entender que lo que nos frena no es algo extreno, ¡nanai! Todo lo externo soy yo.
--Necesitamos llegar a pequeños acuerdos con la niña interior, para tener opciones mas amplias.
--Necesitamos amasarnos para querernos y no traicionarnos.
--En el espejo, la serpiente se llama sabiduría, pero también potencial amenaza. Somos nuestra felicidad y nuestra ruina.
--Uno es su único enemigo a vencer. Luchamos en desventaja, porque si no nos detenemos a observar (nos), no sabremos de dónde viene el golpe, por dónde saltó la rana. Es un trabajo de toda una vida, cada quien tiene su pata coja. Desde afuera se ve fácil, pero la prueba de uno no es la prueba del otro. Así que cada quien deambula en su laberinto tratando de ver a su minotauro.
--Somos el universo en una muestra pequeña! Confluyen las misma energías dentro de nosotras. Cada guerra es el espejo de lo que pasa afuera.
--Con la oración diaria podemos hablar cada día de lo que nos duele y lo que agradecemos, podemos confesarnos los que nos duele.
--Cada quien aporta la luz de su proceso.
--Para estar con Dios hace falta poco. Cuidarse también implica una conexión con lo sagrado: saber escuchar a los pájaros. Se vuela solo, se vuela en bandada, dependiendo de la especie.

¿Qué tienes que comentar, qué tienes que aportar?
La carta de mañana tiene que ser una maravilla.





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