Hay días en que pienso, en medio de la Vuelta: Para qué me habré metido en esto. Otra vez.
Hoy es un día así. La Vuelta funciona porque la sostiene quien la lee, quien de esto saca algún provecho.
Esta es la cuarta vez, hay días en que me pesa tener que estar cada día, todos los días durante 104 días sosteniendo esta jornada en solitario. Ahí está: esto es el pepino de mar.
Lo he repetido muchas veces, es una máquina para sincronizarnos, para que se enfoque la energía, para lograr milagros. Así es la meditación Hilar la sombra de la flor y esta es la primera carta del ciclo.
Alguien dice: "No es una carta muy elegante... pero debo reconocer que describe bien algunos momentos en los que saco mis tripas al aire dando un mensaje de "ya no puedo más" al mundo que me rodea."
Así me siento: gastando mi energía. Señalo algo que creo que puede funcionar, pero no puedo hacerlo sola.
Cada uno debe hacer su trabajo, pero el tiempo no alcanza, hay otras prioridades, es muy confuso este proyecto y me pierdo, y de todas maneras no creo que sirva. Cada una sostiene una esquina de la Red de Lavanderas que sostener. En esta Vuelta me apoyan varias lavanderas; ellas también, seguro, tienen sus días pepino de mar. Arremangarse, hacer el trabajo, la investigación necesaria, la búsqueda, el estudio, es trabajo de cada una; o al menos, de una que lo haga por las demás. Y cada una tiene su media hora de rebeldía.
Me da vergüenza quejarme, pero a veces quiero llorar. Igual me siento a la máquina de hilar y sale otra página de este cuaderno y el fin del mundo prosigue, otro año más.
Puro pepinodemarismo, a veces hay que dejar salir las vísceras y renovarlas.
Pero un comentario para reconciliarse con el pepinito: es primo hermano de la estrella de mar.
(Gracias Cris por seguir, día tras día, conmigo, por haber asumido este compromiso y estar cada día poniendo tus colores sobre las láminas en blanco y negro: tú habrás hecho un viaje completo de 104 días al final, y tendrás una experiencia personal que evaluar; gracias también a Claudia, me hacen la suplencia cuando estoy lejos, de viaje).
----> Se ha determinado que botar las tripas muy a menudo es nocivo para la salud.
Sacarlo todo
(y ver después cómo recoges)
a veces sólo hay que dejarlo ser
levantar las piezas
reparar
porque miras
lo que no veías
Linsabel Noguera
Luna, luna llena menguante. Anda muchacho a la casa y me trae la carabina iiiioooo... Pa matá ese gavilán que no me deja gallina. Yo tengo lo ropa limpia ayer tarde la lavé.... Yo tengo la ropa limpia ayer tarde la lavé... La luna me está mirando yo no sé lo que me ve... Yo tengo la ropa limpia, ayer tarde la lavé.
ResponderEliminarGracias por cantarla y estar acá
EliminarUna flor, otra flor, espera, se ve, no veo nada, que es esto? la sobra va en sincronía, la siento, entonces también la luz, eso muestra la flor, pero como pesa la sombra, tengo el pepino al borde, será esperar el paso de la luna como recuerda Cris, cada quien en su bunquer
ResponderEliminarTodo para afuera
ResponderEliminar¡qué manera radical de observar y ordenar! Mostrar las entrañas. La bella y la bestia, all un one.
¿Cuántas veces el "ya no puedo más" es con lo que nos rodea? ¿o con las mochilas que decidimos cargar (y que seguimos llenando en el camino)?
Y con esa luna invitando a mostrar. ¡Suelta y después recoges! Entera de adentro para afuera, que después menguas...
aquí estoy y sigo tu viaje...
ResponderEliminaresta vuelta y baile ha sido fuerte para mí, ahorita ando con las tripas afuera, botando lo que tengo que sacar de mi ...
evisceración lo busque en el diccionario porque se me había olvidado su significado
El desentrañamiento o evisceración es el procedimiento por el cual se arrancan de una persona algunos o todos sus órganos vitales, especialmente del abdomen. El resultado es, virtualmente en todos los casos, la muerte de la persona que lo sufre.
Ha sido históricamente usado como forma severa de castigo a través de la tortura y finalizando con la pena capital. También es una forma de asesinato. Uno de los asesinos más famosos en utilizar este método fue Jack el Destripador.
También puede realizarse después de fallecida la persona, con el fin de preservar mejor el cadáver de la descomposición. Tal práctica fue común en el Antiguo Egipto, en el proceso conocido como momificación. En épocas posteriores, fue costumbre usual en algunas casas reales europeas, especialmente en Francia, donde existía la costumbre de sepultar al monarca y sus vísceras y corazón.
sacando todo.