Para empezar, piensa en algún par de complementarios que pueda resultarte interesante en este momento, dentro o fuera de tu vida. Considera sin pasiones una y la otra opción. Despoja a ambas de juicios de valor.
Pregúntate dónde podría estar el origen de esta separación.
Gusté
las granadas de Perséfone, en su reino
encontré
mi camino igual a la mujer de Lot
impregné
la tierra en minerales me hice una
con
el barro amado, llegué a profundas aguas
freática
di de beber a las raíces, surgí
en
los manantiales, ahora
voy
en busca del puente.
(de: La Máquina de Hilar)
Soy única y soy doble: doble mitad de mí misma.
Tengo dos lados. Tengo dos manos y en medio un doble corazón Malinche latiendo al unísono.
Mi Megela y yo, en armonía.
Tengo dos lados. Tengo dos manos y en medio un doble corazón Malinche latiendo al unísono.
Mi Megela y yo, en armonía.
Cada jarra alimenta a la otra. Una se refleja en la otra, megelas. Mi corazón late al unísono con una y la otra.
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