Así pues comienza el ciclo MALINCHE POR LA LENGUA, y tiene mucho sentido.
Sigo en el bunker. Tengo miedo de las profundidades, sangrante doncella-virgen-novia manca.
Cuando a los bebés le crecen los dientes se desesperan de la picazón, les da fiebre, decaen.
Seguro te duele también el nacimiento de los retoños en tus manos. Si así duelen los diminutos dientes en la suave piel de un bebé, ¿cómo puede vivir el crecimiento de las manos en un adulto, una mujer consciente de la realidad?
Con la piel dura de tanto vivir y andar... Ay... Ay... Ay...
No podemos esconder la herida. Reconocer la herida nos hace decirle, compasiva, a nuestra propia doncella sin manos:
– Ven Psique, toma mi mano. Esa que llevo escondida sólo para ti en el bolsillo de mi delantal. Ven, búscala.
Decirle a las otras mancas:
¿Lograrás
Arrojar la carga
Que te sumergiría
En las catacumbas?
Muestra tus manos.
Eugene Guillevic.
Pactar con el diablo para salir de la carencia es un pacto injusto, un mal-trato, desventajosos con la parte mental, social { masculina } de nuestra Psique. Pero trabaja para recuperar tus manos. Perdiendo también se gana. Ganando también se pierde. La realidad, el mundo, tienen mucho de cuentos de hadas.
Nosotras, nuestras manos. Activa la estirpe de las tejedoras.
"El cambio consiste en elegir el cambio,
en poner a trabajar esas manos recuperadas.
Haz ese proyecto, siembra ese árbol, aprende a tejer."
La Novia Manca puede ver con sus manos.
[entrada recopilada por Clau]
Y agrego:
En la transformación inevitable que propone el veneno, el propósito final viene siendo adquirir una fuerza nueva, logrando mantener la compasión y la ternura que confiere el dolor. Pues quedarse sólo con la fuerza, qué sentido tiene. No queremos endurecernos, no queremos la coraza.
Y agrego este poema de Edgar Vidaurre, quien habla de la herida masculina:
La doncella de las cicatrices
...Parado en el medio del puente de Chinvat, espero al ángel. Lo intuyo a través del amor: la intuición del amor es absoluta. Oh! Brat Nuhra, “doncella de las cicatrices” doncella de luz, dame el cabo de tu hilo, pues tengo los ojos cerrados. En medio del puente de Chinvat, por encima de las aguas, aparecerás bellísima en medio de las llamas, para invocar la unidad tanto tiempo anhelada…
Y agrego:
En la transformación inevitable que propone el veneno, el propósito final viene siendo adquirir una fuerza nueva, logrando mantener la compasión y la ternura que confiere el dolor. Pues quedarse sólo con la fuerza, qué sentido tiene. No queremos endurecernos, no queremos la coraza.
Y agrego este poema de Edgar Vidaurre, quien habla de la herida masculina:
La doncella de las cicatrices
...Parado en el medio del puente de Chinvat, espero al ángel. Lo intuyo a través del amor: la intuición del amor es absoluta. Oh! Brat Nuhra, “doncella de las cicatrices” doncella de luz, dame el cabo de tu hilo, pues tengo los ojos cerrados. En medio del puente de Chinvat, por encima de las aguas, aparecerás bellísima en medio de las llamas, para invocar la unidad tanto tiempo anhelada…
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