viernes, 27 de octubre de 2017

5. Zapatos peludos


Hace mucho tiempo, una fórmula para empezar un cuento podía ser:
"Hace mucho tiempo, cuando los gatos llevaban zapatos..."
Dentro de tres días estaremos en la mitad exacta de la Vuelta.
Pronto, pronto, piensa si crees que podrías contarle a alguien más que podría beneficiarse de esta aventura, y/o del ejercicio que empezaremos a partir del primero de noviembre, pues es hora de ir afinando, afinando, afinando, mientras caminamos.
Para caminar escogemos bien los zapatos (peludos, porque donde hay pelo hay alegría, dicen en casa).

De momento, los zapatos peludos están de moda y el año pasado mientras volaba con mi escoba me encontré con unos zapatos peludos, ¿de qué animal serían?, pero aquí hablamos de los animales que nos hablan, de los animales a los que miramos con respeto y admiración, de los animales que nos dan pistas para caminar mejor nuestro camino.

Odiseo recordó, luego desistió
De su ambición, y pasó mucho tiempo
Para encontrar su propia vida.

Jan G. Otterstrom

Por ejemplo, tal vez de regreso a casa un ratoncito de campo pase por tu camino y te salude; o por la noche salga una pequeña culebra, chiquita y bonita, a pasar delante de ti hasta desaparecer. Y entonces subas a tu habitación y veas que había entrado un pájaro, colándose por la terraza, y vaya la gata como loca con ganas de cazarlo, y tengas que abrir todo para que pueda irse...
...o al levantar un bidón de agua salga una escolopendra pequeñísima, toda asustada, caminando de prisa sobre la humedad buscando esconderse.
Pues toca poner atención y distinguir, qué nos quieren decir.
Y calzar sus zapatos para llevar prestada su fuerza.

Esta carta doble habla de lo que arrastramos y lo que nos permite avanzar: como un castigo que pesa o como un amuleto, un presente, que nos da magia y  que permite por ejemplo trasladarnos a otro lugar (hola, querida Doroty de zapatos de rubí). Con los zapatos peludos (bailarines) hay que estar atentos al uso que les damos, debido a la fuerza que tienen.
Que sepan, señoras y caballeros, que los míos, mis zapatos peludos, me hablan y gruñen y muerden algunos días, y otros vuelan o silban o se deslizan.

Busca tus zapatos peludos, a ver si son para correr, bailar y estar muy cómoda por todo lo que pueda ocurrir, o si mientas mas exóticos más divertidos, o si quieres caminar en zapatos peligrosos; volvamos a entender lo que quiere decir aquello de "ponerse en los zapatos del otro", seamos cuidadoras y guardianas de los otros, de sus zapatos. Mucho cuidado entonces con qué tantos zapatos nos ponemos: hay quien tiene que aprender a ponerse en sus propios zapatos, porque se ha escapado tanto, que los suyos no le calzan.
Los zapatos peludos proponen una ayuda animal, totémica.
¿Qué zapatos necesitas y requieres?




1 comentario:

  1. zapatos peludos como de cebra, blancos y negros... son comodos pero necesitos que me den equilibrio para no caerme...

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